PREMIOS LITERARIOS (Poesía)




PRÓXIMA ESTACIÓN (10 poemas)                    
(Primer Premio de poesía “Madre Rosa Blanco” DISTRITO DE USERA. 2016)

Fin de líneas
Creí que había una ciudad
o un mar, un lago, un templo,
al final de cada línea de los mapas.
Pero cada raya azul, roja, amarilla o verde,
con iconos y trazos negros de ferrocarril,
o cámara de fotos y vista panorámica,
lleva a un paraíso fugitivo.
Usera.

Otras líneas de papel me llevan
a un demonio o un beato,
Las hay que dan a una puerta esculpida
con brillo de guadañas.
Las rutas no terminan
en el borde cortante del papel,
sino fundidas con la eternidad
fría de la nada.

Cuando el papel se agota
ando sobre las aguas en vacío,
busco en este viaje la imperdible,
la sublime Esperanza derrotada,
siguiendo en surcos de colores
su rastro peregrino a todas partes.

SUPERFICIES
He pasado por las superficies del tiempo,
raudo y despavorido,
como a uña de caballo.
He pulido mi carácter con sorpresas de abril.
He mojado en escudillas de todos los lugares,
latitudes y lontananzas.

No he plantado árboles,
ni escrito libros de memorias,
ni diarios de adioses, ni de dioses,
tampoco recorrí caminos
ni amuletos.
Sigo la senda de los que han ido.
No llevo mochila al hombro,
solo maleta low cost
vacía de tierra y llena
de espejismos (o de espejos).

Voy y he vuelto de las superficies
del tiempo y del cristal pulido
y me he guarecido para no resbalar.
Soy turista atribulado consultando
la guía de esfuerzos del corazón
buscando la Esperanza.

PUNTO ROJO
Un atlas arrugado es un sendero tortuoso
de mi centro al de la vida,
olvidado por los lápices de color
y las iguanas.
El cerebro cree hallarse en casa
cuando encuentra el punto rojo
en panel municipal informativo.

—¡Usted está Aquí!
(Teatro Kubik Fabrik)

Allí adhiere pensamientos y tendencias,
encrucijada de turistas despistados,
al final de la ruta.
El punto es diana donde se cargan los motivos,
las esencias, los deseos, las perspectivas.
Un referente en el panel para encontrarme
y vivirte detenida.

—¡Usted está Aquí!
(Orcasitas)

POR LA NIEBLA
Los hay que conducen por la niebla,
aunque luzca el sol y el mediodía.
Se despeñan por torrentes y laderas,
se ríen de peatones y peajes,
saltan los controles y sirenas.
No hay asfalto que los sujete al arcén
ni los llame a la victoria.
El miedo al triunfo es su bandera,
el final en la derrota su mirada.
Y la niebla en lo visible
clava sus uñas en el vientre
y no se va, no se va,
no se va ni con el fuego.

Ni con el fuego.


MURO
“Convierte tu muro en un peldaño"
Rilke
En el mapa no figuran los muros.
Pero existen.
Habitan el paraje interior de cada uno.
Ríen como fantasmas de luz difusa
al doblar la página.

Dentro de ti:
otro ladrillo en el muro
te blinda las humedades y los labios,
te salpimenta de espejismos
y derramas.

Te devora mansamente.

Tras el muro, una escalera,
un peldaño más en la cuenta de los días
desconchando fachadas, monocapas
y humedeciendo los papeles,
las quimeras, los ensueños…

Dentro de ti:
otro ladrillo en el muro.

LÍNEAS
Líneas discontinuas:
puede adelantar.
Línea continua:
ni se le ocurra.

Líneas divergentes:
final del día.
Líneas convergentes:
las miradas.

Despacio y en sigilo
borramos perfiles
al andar de puntillas
sobre horizontes.

Líneas paralelas:
tu camino y el mío.
Líneas paralelas
sin encontrar el camino.

PRIMERA SALIDA
¡Tome la primera salida!
Humo, políticos, crisis.
¡Tome la primera salida!
Guerras, angustias, fobias.
¡Tome la salida!
Un perro saca la lengua a los charcos.
¡Tome la primera!
El tiempo detiene sus venas.
¡Tome cualquier salida!
Nos mienten gobernantes de nada.
¡Tome y salga!
Salgo en la primera salida.
¡Huya, corra, fluya! ¡Urge!
El tiempo del humo ha llegado,
la angustia del perro deviene los charcos.
¡Salga sin venas!
La crisis no enseña el corazón.

¡Tome la salida!
Parque de Olof Palme.

¡Tome la salida!
Plaza Elíptica.

ATARDECE
Es noche en Madrid
y día en Toledo.
Atardece en Sevilla
y amanece en Santiago.
Mediodía de fuego
en Picos de Europa.

Noche de estrellas en mi cama,
soñando Usera.

Pasan horas lentas y atardece.
Un cometa sin cabellera
me arrastra a rebufo
sobre un cielo de Kandinsky.

Noche de insomnios en mi cama,
soñando Usera.

METRO
El metro es agujero de gusano
circular entre tu mundo y el mío.

Al entrar recorro pasillos, mendigos,
pasarelas, escaleras, raíles, andenes…

Puedo emerger en cualquier lugar,
de otro universo en risa líquida,
ver si estás y volver adentro,
al claustro de la prisa.

Cada estación es un relámpago
entre el infinito y este instante,
entre mi mundo y el tuyo.

Fuera, ennegrece.
Dentro, amanece.
Una centella cruza el túnel
en línea Seis.

PRÓXIMA ESTACIÓN
¡Próxima estación, Gran Vía!
Juego de líneas de colores.
La ciudad profunda cabe en una mano.

¡Próxima estación, Atocha!
Matices de gusanos raudos,
tejiendo vidas de alambre.

¡Próxima estación, Vicálvaro!
Gentes sin rostro circulando
por la ciudad hambrienta.

¡Próxima estación, Goya!     
Un tren nocturno sale a la luz
Y juega a la Rayuela.

¡Próxima estación, Esperanza!
Fin de destino
bajo avenidas y planos.
Subo a los altares.


¡Próxima estación, Usera!

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        ARAR O MAR
(Premio “Rosa de Cen Follas”. Santiago de Compostela. 2009)

      Arar no mar,
deixar fenda aberta a penas rematada,
sen leve mácula, sen pegada percibida
no reino das algas.

     Arar o mar,
cinguir a lanza erecta e afundila
na escuma verdeazul do universo,
sen froito, sen presa, sen suxeito.

      Como o vento na lúa.
Como o lume no astro.
Arar o mar.

       Procurar comprender quen somos,
- nós, tan pequenos, tan humanos, -
e por que a guerra abate ó home
e por que un sismo anula ó home
e por que un abismo separa ó home
da súa sombra.

      O home ara e ara,
tempo a tempo,
cara a cara coa morte,
co tempo,
o mar.

- Traducción al castellano:

ARAR EL MAR

Arar en el mar,
dejar resquicio apenas terminado,
sin leve mácula, sin huella percibida
en el reino de las algas.

Arar el mar,
ceñir la lanza erecta y hundirla
en la espuma verdeazul del universo,
sin fruto, sin presa, sin sujeto.

            Como el viento en la luna.
Como el fuego en el astro.
Arar el mar.

            Intentar comprender quien somos,
-          nosotros, tan pequeños, tan humanos, -
y por qué la guerra abate al hombre
y por qué un seísmo anula al hombre
y por qué un abismo separa al hombre
de su sombra.

            El hombre ara y ara,
 tiempo a tiempo,
cara a cara con la muerte,
con el tiempo,
el mar.
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Premio Homenaje a Miguel Hernandez en el Centenario de su nacimiento. (Colectivo Giner de los Rios y Asociación de la Memoria Histórica de Ronda):

                           ESPEJISMO

            Espejismo iluso de fuego tenue
miro sin ver.

            ¿Donde está el enigma de la muerte sin muerte?
¿Donde los días de calma sin mella?

            Figuras fatuas de lágrima viva,
 o de fuego lento,
me ven sin mirar.

            ¿Donde anda el tiempo de los actos sin tiempo?
¿Donde el camino de las piedras sin musgo?

            Espejismos de charco deleitan mis labios,
mojados de brisa, sin brasa, sin prisa.

ARMAGEDON

            Abrimos la vida un viernes por la tarde,
más bien al anochecer, de un día incierto.
No había, ni siquiera, un abismo
esperando gritar al viento en luna vieja.

Fuimos tres legiones de alados los misioneros,
con tres ordenes claras de voz gigante:
Uno: Reír la vida.
Dos: Amar humanos.
Tres: Labrar la Paz.

            Tuvimos siete años en siete días,
inventamos siete cielos y un infierno.
Cegamos el negro y abrimos el blanco.
Sufrimos miserias en manos queridas.

            La vida luchó contra la vida,
la muerte se rindió a la muerte.

            No hubo prisioneros.

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DEL HOMBRE HERIDO
(2º Premio – Certamen Nacional para Jóvenes UGT. 1990)

I
            La sangre solo intuye
el pervertido instinto de la Muerte,
el cinismo de la hoguera en el cristal
y juega a ser un niño grande
que cada octubre pierde un año.
El diamante rojo no aparece
ni buscándolo en el fondo de unos ojos,
grandes como dioses,
chicos como humanos.
El mar acomete más allá de lo imaginable,
reverbera el tiempo de las algas y las ninfas
e inventa estatuas
que nacen ya cansadas de estática sal
e inerme vida.

            La vida es un espejo
destruyendo otro espejo.

II 
            El lunes no vino a trabajar.
El martes jugó su última carta y quedó colgado de su sombra.
La lluvia no desdijo su presencia.
Su imagen quedó reflejada en todos los charcos,
en todas las muertes chiquititas
que no caben en los frascos
donde prenden las orugas.
El miércoles habló del Mes Ayer
y contestó el eco el mañana
con aquejado silencio.
El Jueves rió, rió, rió,
y las carcajadas sonaron a llanto triturado.
El viernes no llegó.
Tan sólo su sombra inventó el espanto.

III 
            Nace la luz, pequeño conquistado,
puro instinto, puro tabla rasa.
La devoras con los ojos, la niegas
y te comes el desorden de la Historia,
el caos de la lluvia amarga
que atenaza gargantas y latidos.
Dios ha sido inscrito en el libro
de los ocupados. Vencido
en nombre del quejido y la hojarasca.
            No hay líneas de vuelta. No hay reverso.
La piel no tiene huida transitoria.

IV 
            La Muerte no sabe en que plató actuar
y mientras la duda corroe su memoria
manda la Soledad para que nos acune.
No quiere creer
que es nuestro invento,
que al caer la tarde las cornisas
se despueblan de esperanza,
y las habitan jinetes rojos de hierba pálida
que hablan el lenguaje de los necios
y los siglos.
            Alrededor queda la niebla y el desierto
- no busquéis oasis en mi mano;
no busquéis oasis en la tierra ni en el cielo –
           
            El tiempo nutre las distancias
y en la ventana sólo anida un niño
alimentado de blasfemias y espejismos.

V 
            Cuando la primavera no recoja sus despojos,
sino cadáveres ajenos de memoria opaca,
habremos comprendido el desencanto
de las nieblas, 
sabremos que no hacer con el mañana.
Sabremos qué peligros se centran gota a gota
expandidos por las nubes. Hay silencio.
Y es atroz el silencio de los hombres y deidades.
¡Alerta en el sigilo de la noche!
La primavera no recoge sus despojos.

            ¿Es ya invierno?
            Es ya todo el invierno de los muertos
Sin bufanda.

VI 
            Del hombre herido en la sombra de su muerte.
Del hombre abierto por la bruma de su dios
que no le habla
ni le niega la paz ni la escalera
de volver a la vida o a la nada.

            La sangre del camaleón no arde
porque es triste y gris y no da agua.
Todos los minutos del tiempo del presente
huelen a naftalina engendrada de la piel
del Hombre herido.

            Hay seres que les duele el alma de la incognita.
¿Existirá la vida? – No preguntes.
Las respuestas se trocean al contacto con el aire -.

VII 
            Estoy viendo …
-¿No ves que ya no ves? –
Que Dios sopló la vela de la imagen
y cayeron los espejos sobre el tiempo
de vivir – y de morir –
o de reír viendo la risa hacerse añicos,
sentir un corazón junto a tu puerta.

            VIII 
            Ya no me asomo a las alcantarillas que tienen nombre de ciudad,
ni me acuerdo de los mares que tienen nombre de misterio.
Ya no juego a ser voraz ni devorado.
Dime adiós Hombre del Viento.
Amor de antes
dime adiós.
            El oráculo del fuego lee naufragios.
Las letras se deshacen
y al buscar sus restos sólo encuentro hielo
que no entiende a Fahrenheit
pero pinta sal en las tinieblas.

IX 
            El hombre juega a ser Dios
y pone altares a la muerte.
Asume el estoicismo de las sombras
y esconde viejos ases en la manga.
¡No va más!
El diablo apuesta al rojo.
La ruleta es detenida y hay casquillos de fusil
y balas rasas.
            La abolición de los cirios se hace presente
en trozos de mar congelados en espejos,
desde nunca y para siempre.
Desde nunca.
Para siempre.

X 
            Hace lluvia y no es invierno.
Diluvia entre las cortinas del sentimiento.
El agua marca el sendero del destierro.
El cristal es frágil y llora.
Llora toda la pena de un golpe,
todas las lluvias de todos los inviernos
que acurrucan y enternecen la tristeza.
Ahora es tarde para huir:
ciegamente me atrae la nieve a su reposo.
Me ofrece todos los tiempos de su lecho
plagado de histeria e histrionismo.

            Llueve todos los mares de todos
los inviernos.
Hace invierno. Mucho invierno.

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